Zunilda Lepin: La defensora de la semilla nativa

Escenario Cultural se propuso registrar y difundir a los Tesoros Humanos Vivos de Chile. Anteriormente se mostró a los artesanos del Püll Püll Foki de Alepúe de la región de Los Ríos. En esta ocasión nos trasladaremos a La Araucanía para conocer a Zunilda Lepin, la curadora de semillas. Ella es originaria de la comunidad mapuche de Lumahue y radicada en Temuco. Siendo la primera distinción del área de la gastronomía como patrimonio inmaterial.

Cabe resaltar que a la fecha han sido nombrados cuatro cultores mapuche: Paula Painen (2010), contadora de relatos; Dominga Neculman (2011), maestra alfarera, Lorenzo Aillapan (2012), sabio y poeta, conocido como “Hombre Pájaro” y Zunilda Lepin (2015), la defensora de la semilla nativa.

A partir de prácticas tradicionales del pueblo mapuche y también de la tradición campesina, Zunilda Lepin promueve la soberanía alimentaria mediante el resguardo, uso, valoración e intercambio de semillas vernáculas a través del Trafkintu (antigua ceremonia mapuche) para activar la recuperación y trueque de semillas ancestrales.

Zunilda Lepin señala que la relevancia de ser curadora de semillas radica en las prácticas dañinas que rodean a los campesinos y los alimentos que se consumen, por esa razón se deben resguardar las semillas antiguas que no han sido intervenidas con químicos en las siembras.

Actualmente posee una huerta de más de treinta años de antigüedad donde coexisten diferentes variedades de plantas; comestibles, ornamentales y medicinales. A modo de ejemplo, entre las plantas y semillas que posee se encuentran unas siete variedades de calabaza y diez de ajíes.

“Tengo semillas que son nuestras, verduras, frutas, y plantas medicinales también, todo libre de químicos, a diferencia de las de hoy en día. Son más fértiles y una las puede tener años y siguen saliendo. Un cilantro nuestro no se marchita como el que venden en la feria, tiene un sabor y olor intenso, y dura mucho más. Por eso nos preocupamos de mantenerlas y compartirlas, entonces si a mí se me acaban yo sé que otra señora la tiene. Las semillas modernas salen una vez y luego no salen nunca más. Hoy todo es transgénico y no tiene sabor. Por eso la gente se enferma tanto”.

Además de su labor de resguardo de semillas, dirige su restorán “Zuni tradiciones” del mítico Barrio Tucapel en Temuco, donde solo vende alimentos orgánicos, libres de químicos y transgénicos. Ella dice que la comida debe ir acompañada con su respectiva medicina, y este principio lo aplica en su cocina, destacándose el clásico merkén en sus preparaciones, se suman también los huevos azules de gallina araucana que buscan su denominación de origen, kinwa negra, frutilla blanca, nalca y todo tipo de hierbas silvestres y cultivadas. En jugos naturales y postres destacan el de quinua con frutilla o el de mote dos leches.

Pedro Mege, Director del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas acota que: “La tradición culinaria de doña Zunilda es más que alimentación, es la expresión de una cultura de la cual se puede aprender mucho de un pueblo, de las relaciones sociales, de la estética y diversos factores que van asociados a la comida. Cuando uno se encuentra con una expresión legítima y profunda como esta, es necesario mantenerla”, señaló.

Fuentes:

www.mapuexpress.org

www.sigpa.cl

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