El primero de marzo del presente año se realizó el carnaval del barrio El Morro. Fue una gran fiesta de contrastes y encuentros que tuvimos la oportunidad de asistir mientras nos encontrábamos alojando en la casa del poeta Roberto Bustamante. Esta festividad condensa el carácter porteño y el cariño de la gente por su identidad de barrio que mantienen arraigada como toda una tradición.
Lo que sería una parada corta en el barrio El Morro de Iquique -antes de seguir nuestro viaje hacia el norte- fue una estadía que se fue prolongando. Gracias a la hospitalidad del poeta iquiqueño Roberto Bustamante, tuvimos la oportunidad de conocer parte del carácter y la identidad morrina. En calle Covadonga, en una casa antigua, percibimos el cariño a su historia y los personajes de su barrio. Parte de ese reflejo se vislumbró en el cierre del carnaval iquiqueño realizado el domingo primero de marzo.
En las principales calles de este sector se percibía un ambiente festivo, adornado con banderas azules y amarillas colgadas desde los techos de las casas patrimoniales. Ese día nos reunimos a almorzar en casa del poeta Bustamante, fue una preparación fresca y frugal para la fiesta. La mesa creció con los invitados y amigos iquiqueños quienes disfrutaron del ceviche (preparado con reineta, almejas y pulpo) acompañado de ensalada a la chilena, papas cocidas y mayonesa casera; mientras algunos cubrían sus cámaras fotográficas y equipos de filmación con alusa plus para protegerse de los posibles embates del carnaval.
Para el cierre de esta celebración cada año se elige a un representante del barrio que ha tenido mala racha (en esta ocasión fue el turno de Marcoleta). Los vecinos elaboran un muñeco en tamaño real para luego hacerle una procesión por las principales avenidas del sector histórico de Iquique y posteriormente ser quemado en el mar. Antes de prenderle fuego, el muñeco de Marcoleta fue exhibido en uno de los balcones del Club de La Unión El Morro (Campeones del Mundo), cuyo mayor logro fue haber vencido en el mundial de waterpolo, a la selección estadounidense en el mundial de la década del ´80. En la procesión los asistentes participaron eufóricamente y con alegría contenida lanzaron huevos, puñados de harina, pintura, bombas de agua, entre otras sustancias. El recorrido finalizó con la quema del personaje en la orilla de la playa Bellavista. Su silueta, entre el humo y la algarabía, se difuminó en el océano Pacífico.
Fuente fotografía: http://www.elsoldeiquique.cl/?p=49594
Javier Pablo Amaru Kes Jorge
Claudio Tuty
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